Tod@s al teatro.
El viernes 18 de abril, alumn@s y docentes de Instituto participamos de una función gratuita del espectáculo escénico musical “Hay una puerta”, creado por el Grupo PATAGONCHE.
Una vez más, Mariel Valy y Daniel Lugones, dirigidos por Betina Labrune, le pusieron cuerpo y voz al relato autobiográfico de Ester del Castillo. Así cuentan ellos cómo produjeron este trabajo…
...De cómo llegamos a la realización de “Hay una Puerta”
“Conocimos a Ester del Castillo en Trieste, Italia del Norte, en Octubre del 2005. Un amigo en común, acompañante terapéutico, argentino también, nos acercó el texto “Azul”. Nos habló de ella. Nos contó algunos datos sobre la difícil historia de esta mujer: su nacimiento en Comodoro Rivadavia (Patagonia Atlántica) su ascendencia mapuche... su paso por distintas comunidades terapéuticas, ya en Italia.
Pero por sobre todo, con la mirada y la sensibilidad de escritor y poeta, destacó el valor literario en la cruda belleza de las palabras de Ester.
El primer encuentro con ella, fue después de una función de la obra “Qualcosa di Nascosto” (“Algo Escondido”) trabajo con el cual realizamos giras por Italia 2005 y 2006.
Inmediatamente nos “reconocimos”, en las miradas, las risas, los códigos conocidos, a pesar de las distancias, una identidad de alguna manera, compartida. No hicieron falta las presentaciones.
Esa especial emoción de estar lejos de los pagos de uno... Un “lejos” que para Ester era mucho, era pesado. Años sin volver, sin noticias, sin familia, sin meseta, sin “su” mar. Y años duros. De internaciones, de recuperación de los hijos, de recaídas, de nuevos intentos, esperanzas, de expresión, finalmente del reconocimiento a su talento literario, a sus esfuerzos.
Nosotros como mensajeros, acercando historias, aires, melodías, tonadas, noticias de “casa”, de nuestra tierra lejana, maltratada, oprimida, y descuidada siempre por los que tienen el poder de gobernar. Y amada, defendida y fecundada por los que menos tienen.
Compartimos charlas, impresiones, vivencias, sentimientos, intercambiamos direcciones, prometimos escribirnos, mantener el contacto.
En el viaje de regreso a Roma, en el mismo tren, comenzamos la lectura de “Azul”, en italiano! (no hay versión en español)
El impacto inicial fue muy fuerte.
Los paisajes, la geografía interna, reconocidos en las descripciones de “Azul”. Las arideces del alma, los vientos de la meseta que no paran de volarte la cabeza, la falta de recursos, la desprotección de la niñez, la soledad.
Y siempre el candor, la ternura de los más pequeños, la mirada asombrada, maravillada ante la inmensidad de la naturaleza, océano, desiertos...
Nos impactó el coraje, la autenticidad con que desnuda Ester sus recuerdos más íntimos. Narra en un estilo frontal y directo experiencias de su vida. Su infancia en Patagonia, el pasaje a la adolescencia, su primer amor, nos habla de elecciones equivocadas y se pregunta: ¿“elecciones?”... la decisión de emigrar a Italia y una vez allí el encuentro, la diversidad, la indiferencia.
Un viaje interior, compartido, de profundas reflexiones, de búsqueda y rescate de sí misma, pero al mismo tiempo ampliando la mirada al contexto histórico, de clase, social y político.
Nos estimula a interrogarnos no sólo sobre las vivencias individuales, sino más bien, sobre la universalidad, el origen común de ciertos sentimientos, dolores, respuestas.
Y es, expresamente, en la sociedad clasista, machista y en un sistema injusto y perverso, donde Ester encuentra “responsables”, puntos de partida, las condiciones aptas para el desarrollo de sus males y los de tantos otros niños y jóvenes, sudamericanos.
Empezamos a “jugar” con las palabras, fragmentos de textos, poesías, mezclando siempre con la música, el movimiento, el cuerpo en acción.
Entrenábamos formas de decir los textos, armando coreografías, caminando el espacio al ritmo de sus palabras.
Cada parte del relato que lográbamos descifrar, en nuestra incipiente comprensión de la lengua italiana escrita, nos aportaba una imagen, un sentimiento desde donde partir en busca de una canción, de un nuevo recurso que nos ayudara a interpretar y así poder contar.
Fueron saliendo las primeras canciones, las primeras escenas o cuadros, combinando música y palabras.
Decimos siempre que el texto “nos tomó” a nosotros, nos envolvió en una atmósfera creativa, profunda, cargada de los más diversos sabores.
Surgió primero la idea de incorporar algún texto de “Azul” al espectáculo de música y poesía que hacíamos en ese momento. Pero luego se transformó casi en “necesidad” de contar más, de meter el cuerpo.
Una vez de regreso en Argentina, después de varias relecturas del texto, comenzamos a trabajar en el guión, siempre en italiano.
Empezamos por lo que teníamos: una poesía “Dejo mi Tierra”, una canción que venía madurando, “La Caverna Gris”, la descripción de una salida de campo allá en Patagonia, con imágenes de fuertes contrastes en el recuerdo infantil: “...la vida, la muerte, la libertad” a partir de la cual surge la “Chacarera de la niñas”, “Tito”, el espantapájaros personaje testigo, vestido con ropas, con historias, de la abuela, la madre, el padre...
Así trabajamos buscando la secuencia de escenas y canciones, una de tantas posibles, nuestra versión de su historia.
Grabamos una cinta con efectos de sonido que disparamos desde el escenario. Trabajo que realizamos con un compañero músico y compositor, Mariano González.
Cuando el guión estuvo casi armado comenzamos a ensayar con la dirección de una querida y talentosa amiga, docente, actriz, titiritera, música, Betina Labrune. Quien con amor, entusiasmo y paciencia, ordenó y reformuló creativamente cada encuentro.
Fuimos definiendo en los ensayos, los diferentes ejes en los que va contada la historia: los músicos, los narradores, los personajes.
Es así como los músicos pasan a ser narradores en algunos momentos y a interpretar personajes en otros. Músicos que narran, narradores que cantan, músicos que interpretan personajes para narrar…
En Julio 2006 estrenamos la obra en italiano “C’e una Porta” en el teatrito San Lorenzo, Roma.
Hicimos presentaciones en festivales, encuentros, centros culturales y sociales, en varias ciudades de Italia.
Ester no llegó nunca a verla. No tuvimos la posibilidad de encontrarnos.
Y con ella se llevó “…las preguntas que el curioso destino quería saber…”
De regreso en Argentina decidimos traducir el guión al español y hacer la versión “Hay una Puerta”.
Continuamos trabajando con Betina e incorporamos en dos escenas, imágenes de video.
Estrenamos en Agosto 2007 en El Bolsón, SUM de Radio Comunitaria F.M. Alas.
Hicimos una gira interregional con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro entre Septiembre y Noviembre del mismo año.
Nos presentamos en salas, teatros, festivales, centros comunales y culturales, escuelas secundarias, de nuestra región y las provincias de Neuquén, La Pampa, Córdoba y Chubut.”
Este espectáculo es un homenaje a Ester y a todas aquellas mujeres que en distintos lugares y momentos viven historias parecidas por su condición de género.
El Grupo PATAGONCHE busca llegar a los espectadores no sólo desde la emoción compartida a través de su actuación y sus canciones, sino también acompañar la reflexión acerca de cómo se entraman las condiciones sociales y las historias de vida. Para ello nos ofrecieron una interesante guía con propuestas de trabajo. L@s interesad@s en contactarse con ellos pueden escribir a: tinkazo@elbolson.com
Por último, agradecemos al Centro Cultural Galeano su hospitalidad en esta ocasión y el esfuerzo permanente por mantener sus puertas abiertas, promoviendo la expresión artística y el encuentro comunitario.